Liétor, ubicado en la Sierra del Segura, parece estar colgado sobre el valle del río Mundo, albergando en su entramado callejero un interesantísimo legado artístico monumental.
El origen de Liétor es desconocido, aunque a través de sus restos arqueológicos se podría decir que es de origen islámico. Por su situación fue históricamente tierra fronteriza entre musulmanes y cristianos así como entre el señorío de Alcaraz y la encomienda santiaguista de Socovos.
Liétor invita al paseo por sus calles, vemos escudos y fachadas de sus casas nobiliarias y disfrutamos con las vistas de sus miradores como el del Mundo. Algunos lugares que se configuran como visita obligada son: la parroquial de Santiago Apóstol, la ermita de Belén y el exconvento de las Carmelitas. También son de visita obligada las casonas solariegas pertenecientes a la antigua nobleza de Liétor, situadas en el casco antiguo. Todas conservan fachada de sillería, con alfiz y escudo familiar. Suelen tener en el interior bellísimos patios muy bien conservados con galería que sustentan columnas que pueden ser visitados por el turista coincidiendo con el ciclo de conciertos de órganos de primavera. Las más interesantes son:
Casa Señorial de los Rodíguez de Escobar; situada en la calle Mesón se encuentra la casa señorial cuyo escudo de la fachada principal data de 1655. Su portada es uno de los mejores ejemplos provinciales de portada civil del primer barroco. Los Rodríguez de Escobar ocuparon cargos importantes en el antiguo Concejo de la Villa y colaboraron con fuertes cantidades de dinero en la Fundación del Convento de los Carmelitas Descalzos en cuyas criptas hay enterrados algunos miembros de esta noble familia.
En la parte alta de la Plaza del Conde, se encuentra la casa señorial de Los Tovarra. Con portón enmarcado en piedra de sillería, el interior está muy bien conservado con piso sobre roca original y corredores de madera torneada. En su fachada destaca su refería del siglo XVII.
En la parte baja de la Plaza del Conde, se encuentra la casa señorial de Los Galera. Con fachada de sillería, alfiz y escudo familiar. En el interior destaca el patio muy bien conservado con galería que sustentan columnas de orden dórico.
Frente al ayuntamiento se encuentra una fuente adornada con azulejería de Manises con representaciones del Quijote y motivos geométricos.
Sus fiestas mayores se celebran en el mes de agosto, del 23 al 27 y son famosas por sus encierros tradicionales de reses bravas y por sus verbenas nocturnas.
Liétor también acoge uno de los festivales más interesantes de la provincia: el ciclo de conciertos de órgano. Se celebra coincidiendo con los dos últimos sábados de mayo y los dos primeros de junio. La música de órgano y el ambiente que genera la afluencia de personas que acuden a la llamada, propician la visita a este municipio que inició esta tradición con tres órganos: el del convento de los Carmelitas Descalzos, el de la iglesia “Santiago Apóstol” y el de la ermita de Belén.
Respecto a la gastronomía típica local destacan las migas y el gazpacho manchego, junto a otros platos típicos como la torta de sardinas, hecha con la masa del pan, sardinas saladas. Esta torta se suele realizar en el horno momentos antes de la salida de los encierros. El rinran (potaje de habichuelas blancas y bacalao) o el zarangollo elaborado con pimientos y ajos asados mezclados con tomate frito.
El origen de Liétor es desconocido, aunque a través de sus restos arqueológicos se podría decir que es de origen islámico.