Lezuza, en la Sierra de Alcaraz, es un municipio bañado por un río del mismo nombre. Se trata de uno de los pueblos más antiguos de España y prueba de ellos son los restos encontrados en las excavaciones arqueológicas en el Cerro del Castillo que atestiguan la existencia de un poblado ibérico-oretano en el siglo V a.C. Fue la colonia romana de Libisosa, cuyos hallazgos se pueden contemplar en el Museo Arqueológico Municipal.
Otro lugar que nos acerca al pasado de esta localidad es el Museo Etnográfico de Tiriez, pedanía del sur de Lezuza.
Entre las rutas que se pueden recorrer por este municipio destacan la ruta del Río Lezuza, la ruta Portachuelo, la ruta Calzada Romana, la ruta Casa del Roble, la ruta Casa Corazón, la ruta de las Cantacucos y la ruta de las Ventas.
De su patrimonio monumental destacan la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, la ermita de Nuestra Señora de la Cruz, la ermita del Cristo de la Salud y la Casa de la Tercia.
La iglesia de Santa María de la Asunción es de estilo renacentista. Contrastan sus dos portadas, una gótica en el lado norte y la portada de los pies de discreto clasicismo.
La cocina lezuceña aporta recetas basadas en la calidad de los productos de la tierra realizados a la manera tradicional, destacando los gazpachos manchegos, el moje de tomate, el ajo pringue, el atascaburras, los guisos de caza, las gachas y las migas ruleras.
Desde hace unos años, en Lezuza se celebra durante el mes de junio unas jornadas de fin de semana de recreación histórica de Libisosa en las que todo el pueblo tiene un algo grado de partipación. Durante esas jornadas, se organizan visitas guiadas por personal especializado, talleres infantiles, actuaciones teatrales clásicas, recreaciones clásicas, degustaciones de gastronomía romana e íbera, etc.