Ayna

En la Sierra del Segura se encuentra Ayna, conocida popularmente como “la Suiza manchega” por su belleza pintoresca y su singular enclave natural en la garganta del río Mundo. Sus orígenes se remontan hasta el Paleolítico Superior, como así lo atestiguan las pinturas rupestres de la Cueva del Niño con una antigüedad que ronda entre 10.000-15.000 años a.C.

Además de sus bellos parajes naturales y los espectaculares miradores al río Mundo, como el del Diablo y el de los Infiernos, mantiene numerosos vestigios de las diversas culturas que la han ido poblando y que constituyen un importante legado histórico.

Desde el mirador del Diablo, situado en la carretera que llega desde Las Peñas y Alcadozo, a un kilómetro de la localidad, se pueden apreciar el paisaje de la villa y su entorno.

El mirador de los Infiernos está situado en la carretera de Elche de la Sierra, desde donde podemos observar bonitos paisajes, sus paredes verticales y el cañón poblado de vegetación donde se puede respirar el aire puro de la sierra. Podemos observar La Peña y el Pico de la aldea del Pontarrón.

También son testimonio de su pasado histórico el artesonado mudéjar de la ermita de los Remedios; los restos del Castillo de la Yedra, de origen islámico; el Salero o las serpenteantes callejuelas que forman su casco urbano antiguo.

Un paseo por las empinadas calles de este pueblo, llenas de rincones y recovecos, nos llevarán a revivir las singulares escenas de la película dirigida por José Luir Cuerda “Amanece, que no es poco”. En cualquier momento, podremos encontrarnos a alguno de los muchos extras del pueblo que participaron en la película, que nos podrán contar multitud de anécdotas del rodaje.

Las fiestas patronales de Ayna, en honor a Sta. María de lo Alto, se celebran del 3 al 8 de septiembre con sus espectaculares y emocionantes encierros, verbenas nocturnas, pasacalles, peñas…